¡Escándalo en Tizimín! El deslucido acto político de Claudia Sheinbaum revela la corrupción: acarreados y sobornos de $500 por asistencia.

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En un deslucido mitin, la convocatoria de la corcholata presidencial del partido Morena y sus satélites PT y PVEM, Claudia Sheinbaum Pardo, en el recinto ferial de Tizimín no logró llenar ni siquiera el domo del área de comidas, a pesar de la presencia de acarreados y el pago de $500 por asistencia. La falta de entusiasmo fue evidente entre los asistentes, quienes participaron de mala gana en el evento que careció de emoción y no generó aplausos masivos.

 

La mayoría de los presentes eran personas de la tercera edad, mujeres, niños y personas con discapacidad, muchos de los cuales fueron obligados a asistir por ser beneficiarios de programas sociales. La presencia de cientos de niños, ausentes de la escuela ese día, evidenciaba el intento de inflar la asistencia al acto político.

 

A pesar de los esfuerzos de acarreo desde Tulum y Felipe Carrillo, Quintana Roo, muchos asistentes se vieron obligados a buscar lugares para realizar sus necesidades fisiológicas. Algunos solo recibieron una torta y un refresco antes del evento, y al concluir, algunos se quejaron de no recibir el apoyo económico prometido.

 

El descontento se hizo patente cuando Sheinbaum hizo referencia a ciertos políticos locales, como los senadores expriistas Jorge Carlos Ramírez “Cerdito” Marín y Verónica Camino Farjat, quienes se reelegirán pero ahora por el partido guinda. Los chapulines recibieron pocos aplausos. Incluso, al anunciar la permanencia del secretario de seguridad pública, Luis Felipe Saidén Ojeda, tuvo que corregir su declaración ante la presencia de la hija del jefe, Jessica, hoy candidata morenista a diputada federal..

El evento fue caracterizado por la desorganización, con medios de comunicación relegados a un corral y asistentes abandonando el lugar antes de su conclusión. La distribución de recursos entre las porras acarreadas se hizo de manera caótica, y llamó la atención el uso de vehículos en mal estado para el transporte de los asistentes, poniendo en riesgo su seguridad.

El acto político de Claudia Sheinbaum en Tizimín estuvo marcado por la falta de entusiasmo, la desorganización y el descontento de los asistentes, evidenciando una realidad alejada de la narrativa política presentada.