Al hablar de la mafia agraria al interior de sus oficinas, la magistrada del Tribunal Unitario Agrario número 34, Lilia Ochoa Muñoz, consideró que el interés por las tierras de Yucatán es altísimo porque son aptas para las inversiones redituables, las compran barata y los proyectos generan millonarias ganancias.
“Yucatán se volvió una tierra muy valiosa para el comercio”, explicó la entrevistada. “En pocas partes hay siembras y son aptas para el ganado. Casi todo es selva y monte, entonces, se da más para la inversión y eso genera muchos intereses muy fuertes”.
“Quienes las pretenden, corrompen a comisariados ejidales y empleados agrarios”, sostuvo.
En un caso inédito, la magistrada Ochoa Muñoz denunció en rueda de prensa el viernes pasado, que un grupo de empleados y empleadas del Tribunal a su cargo realizan denuncias falsas de acoso laboral y sexual, son manipuladas y patrocinadas, solo porque los puso a trabajar bajo sus reglas por tanto desorden que había en el manejo de los expedientes y porque, indicó, aplica la justicia agraria en forma justa e imparcial.
“No están de acuerdo con cómo trabajo, con mis reglas, estoy pisando intereses muy fuertes. Llegaron a un límite y encontraron una salida por medio de las acusaciones y la huelga”, dijo la abogada Ochoa Muñoz.
“Yo no veo nombres en los expedientes ni sé quiénes son los compradores. Lo que sé es que tengo que ser justa en ciertas cosas y aplicar la ley agraria”, explicó.
No pasó nada aunque demostró con evidencias fotográficas el mal trabajo de los empleados inconformes porque durante seis años no registraron en el libro de gobierno los asuntos que trata el Tribunal y halló ese registro en blanco.
Además, vio expedientes tirados en el piso, amontonados en cualquier lugar, incluso en el baño, constató que había un enorme rezago de falta de resoluciones en expedientes que llevan 14 y 12 años y notificó de todas estas irregularidades a los magistrados del Tribunal Superior Agrario y la Contraloría Interna.
No hubo sanciones para los trabajadores. En respuesta aquellos armaron las quejas falsas que dieron como resultado que removieran a dos secretarios y suspendieran a Wílberth Hugo Molina, quien era su brazo derecho en esta lucha por poner orden en la oficina agraria.
Sobre las acusaciones de acoso sexual que alegan las empleadas inconformes, la magistrada dijo: “Estas jóvenes que manifiestan acoso sexual, sí me dijeron. La primera me dijo que la trataba mal (Hugo Molina), que como era mujer siempre le decía que ella no podía hacer bien las cosas”.
“Conozco al licenciado, los observé a ambos y no vi nada. Si hablamos de una agresión sexual ya estamos hablando de un delito. Hablé con ella, le pregunté cosas, la cambié de área y los observé. Hablé con el licenciado y le dije lo que pasaba y él dijo que no era cierto”.
“Se me hizo extraño porque días antes de la denuncia en los medios ellos se llevaban bien, comían juntos, hablaban como buenos amigos”, afirmó.
“Pero la joven acusadora siguió insistiéndome, a pesar que la cambié de lugar y trabajo, que cuándo se iba el licenciado Hugo porque ya no lo soportaba”.
“Hemos abusado mucho las mujeres de esta cuestión del acoso. No podemos pensar en lo que podemos llegar a hacer con estas acusaciones tan graves. Acuérdense que hay un matrimonio y hay víctimas detrás del licenciado Molina”.
“Hay una señora y un niño que con estas acusaciones él puede perder su matrimonio y la patria potestad de su hijo. Y todo por unas acusaciones de una niña que está siendo manipulada por gente que responde a intereses muy oscuros que nada tienen que ver ni con el Rribunal ni conmigo”, afirmó.
Si pisó callos con su trabajo honesto, ¿estas acusaciones son una venganza?, ¿ya puso denuncia si las declaraciones de las inconformes son falsas?, se le preguntó a la magistrada.
—Sí, el licenciado Molina denunció inmediatamente porque nosotros queremos que los nombres se limpien. Todo mundo tiene derecho a una defensa y en la casa del carpintero no puede faltar un serrucho”.
“Pienso que ellos tienen a su defensa, tanto la licenciada Betsabé (Rojas Coronel, secretaria de acuerdos), a quien acusan de acoso laboral, pero acosar para ellas es ponerlas a trabajar, a realizar lo que tienen que hacer por el pago que reciben”.
“Imagínense, que siempre están almorzando cuando llega la gente para que las atiendan. La gente se queda esperando que las atiendan por horas, después de los viajes largos que hacen. No puedo soportar eso y como ellos manejan el sindicato porque tienen nexos con las empleadas, pues armaron todas estas acusaciones falsas”.
“Si tuvieran pruebas ya las hubiesen exhibido porque nos grabaron todo lo que hacíamos durante el trabajo para poner en orden los expedientes”, aseveró.
Luego explicó la relación de los líderes sindicales del Tribunal. Una secretaria tiene que ver con el anterior secretario de acuerdos, quien fue el que conoce el historial de los expedientes y ahora litiga para los compradores, y el otro líder sindical es esposo de la jefa del departamento administrativo.
“Me acusan de que los hago trabajar hasta las 9 y 10 de la noche, pero es falso. Quienes hicimos el trabajo y sí trabajamos largas jornadas, sábados y domingos en forma voluntaria fueron el licenciado Hugo, Betsabé, una muchachita que nos apoyó y yo”, dijo la entrevistada.
“Los que protestan no hicieron nada, al contrario, ya les mostré con fotografías cómo era su trabajo que causó desorden y rezago de expedientes”.
“Si hubiéramos hecho algo muy grave, creo que nos hubiesen acusado de algo todavía peor. Esto es un invento tan burdo, es una venganza que están tomando porque las puse a trabajar”, reiteró la magistrada.
“Había un caos de archivos, expedientes, desorden administrativo y los muchos intereses dentro del Tribunal crearon un ambiente propicio para los malos manejos. Por ello se alargaban los juicios, había despojos de tierras, había abusos contra la gente pobre”, explicó.— Joaquín Chan Caamal
La magistrada dijo que ella levantó un acta porque consideró que era muy grave la forma como encontró el tribunal.
“Había total desorden y ahora, desde enero, con el trabajo de nosotros, del licenciado Molina, Betsabé, la muchachita y yo ya hay un orden. Lo hicimos dentro de nuestros pobres y limitados recursos. Sacamos mucha basura y ví el real valor que le daban esos trabajadores inconformes a los juicios”.
“Todavía hay indolencia por este trabajo ordenado y cuando pido algún expediente, lo vuelven a desordenar, pierden los expedientes y vuelven a causar caos en el archivo”, indicó.
Tribunal Yucatán
La magistrada del Tribunal Unitario Agrario No.34, Lilia Ochoa Muñoz, también dijo:
Acta
Ella, afirmó, levantó un acta porque consideró que era muy grave la forma como encontró el tribunal, lo documentó con fotografías y todo ese desorden le impedía conocer el estado jurídico de cada expediente.
En blanco
“Cuando pedí que me dieran los libros de gobierno para que conozca qué tenemos veo que ese libro de registro estaba en blanco. No habían registrado nada desde hace más de seis años. No se sabía cuántos expedientes existían, los expedientes estaban encimados unos a otros, tirados en el piso, en el baño, en los escritorios, en todos lados”.
Denuncias
Pondrá denuncias en la instancia federal y estatal. Decidió no dejar su cargo sino hasta que resuelva los casos que tiene en estudio, unos 180 expedientes, entre ellos se halla el caso del ejido de Chuburná con 100 expedientes acumulados, y que fue usado por abogados y personal del propio Tribunal Agrario para obtener dinero a costa de vecinos de los fraccionamientos Vista Alegre y Del Arco.