Rafael Marín Mollinedo por fin revela sus negras intención, pues a tres meses de negar sus aspiraciones a la candidatura para la gubernatura de Quintana Roo, siendo abanderado por el Movimiento Regeneración Nacional (Morena), se destapa.
Se unió al llamado grupo Cozumel, encabezado por Félix Arturo González Canto y Roberto Borge Angulo, a través de Fabián Vallado, para preparar el nuevo abordaje a las arcas de Quintana Roo.
Antes de finalizar el año, Rafael Marín sacó las uñas y develó sus verdaderas intenciones, mismas que no eran apoyar a José Luis Pech Várguez, sino hacerse publicidad para destaparse.
Incluso, trascendió que está en el principal escritorio de Palacio Nacional la solicitud de licencia temporal para ausentarse del cargo que hoy ostenta, que tendrá efecto a principios del próximo año para sumarse a la contienda rumbo a las elecciones de junio de 2022.
Rafael Marín tiene un largo historial que incluye su paso por cargos públicos, su estadía universitaria y se ha visto involucrado en casos de corrupción en los Estados que forman el Istmo de Tehuantepec.
Desde sus días en que fue director general de la Red de Transporte de Pasajeros (RTP), durante los años en que Andrés Manuel López Obrador fue jefe de Gobierno del Distrito Federal; se caracterizó por hacer de la simulación y la mentira su especialidad.
Tanto así, que mientras se encargaba de vigilar las reparaciones –con recursos del D.F., claro está-, de una flotilla de camiones “donados” a la militancia del PRD al estado de Tabasco, pasantes de la dependencia a su cargo le habrían hecho el favor de realizar “por encargo”, la tesis universitaria con la que se graduaría de la UNAM en la carrera de Economía.
De acuerdo con versiones de exfuncionarios de la entonces RTP, Rafael Marín Mollinedo, habría utilizado por poco más de dos años, recursos económicos y humanos de la Dirección de Obras Públicas del Gobierno del Distrito Federal para elaborar la investigación que le permitiría obtener su título universitario.
La tesina denominada “Propuesta para aumentar la productividad de la red de transporte de pasajeros del Gobierno del Distrito Federal sin descuidar el carácter social de la misma. (Tesis de Licenciatura). Universidad Nacional Autónoma de México, México”; fue concluida en el año de 2004, justo un año después de que dejara la dirección general de RTP.
En resumen, señalaba que, “es perfectamente factible lograr en un año la operación de la empresa a niveles de utilidad financiera si se implementan proyectos como el que aquí se presenta y más aún, si se diseña una estrategia global que revise la importancia de la función social de algunas de las rutas que no presentan expectativas positivas y que también a los concesionarios deberían obligárseles a participar con algunas de estas”.
También proponía elaborar un modelo de transporte que obtenga la combinación de rutas que tengan mayor amplitud en sus recorridos y por consecuencia la obtención de economías y ahorros en sus costos de operación, incorporando el carácter social del modelo.
Y recomendaba evaluar la posibilidad de analizar e implementar, de resultar factible financieramente, proyectos alternativos reiterando que el aspecto social puede cumplirse y al mismo tiempo obtenerse buenos resultados desde el punto de vista empresarial.
Tan malo e infructuoso resultó dicho análisis, que, al día de hoy el caos del transporte en la Ciudad de México continúa, así como los señalamientos de corrupción que comenzaron desde que murió Ruta-100, y pasó a ser RTP. Nada ha cambiado desde entonces.
Se trata de uno de los hombres de confianza del presidente de México a quien le regaló el ser encargado del Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec (CIIT), lo que la ha impedido sumara varias acusaciones en su contra por desvío de dinero, derivadas de los contratos millonarios otorgados para las obras y trabajaos que se realizan en el corredor, así como dos obras entregadas en el Puerto de Coatzacoalcos, Veracruz que fueron cuestionadas.
uno de los más claros ejemplos de corrupción por parte de Rafael Marín Mollinedo se dio cuando la empresa SMEC Servicios de Ingeniería de México S.A. de C.V., obtuvo un contrato por adjudicación directa por 25 millones de pesos pagados a partes iguales por los gobiernos de Veracruz y Oaxaca.
Dicho contrato entre gobiernos estatales y la empresa en presencia de Marín Mollinedo, tenía como fin la “Elaboración del Plan Estratégico y Plan Maestro Conceptual del Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec, en el marco del Programa para el Desarrollo del Istmo de Tehuantepec”.
A la fecha: Los resultados de tal “plan” se desconocen, ya que el CIIT jamás los entregó, mucho menos mostró, pese a las solicitudes vía transparencia, al aseverar que “no son de observancia obligatoria, pues su eje rector es únicamente el Programa para el Desarrollo del Istmo de Tehuantepec (PDIT), conforme a lo dispuesto en el Plan Nacional de Desarrollo 2019-2024”.
Por acciones así, es que él mismo habría de comerse sus propias palabras cada vez que se le entrevistó como representante de su partido Morena, y destacaba que en Morena no se daba cabida a la sospecha de los preceptos básicos de no robar, no mentir y no engañar.
Y prácticamente ese fue su devenir como encargado del Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec, lugar donde sin duda se enterró en lo más profundo de las pantanosas aguas de la corrupción.
Aún sí, la farsa de su actuar en el servicio público parece llegar a un nuevo nivel para la cual tiene la certeza de que contará con la ayuda y padrinazgo de su amigo, Andrés Manuel López Obrador, para cumplir un sueño más en su vida. Llegar a ser gobernador del estado de Quintana Roo. Con información de Sol Quintana Roo